No sé por qué, pues, realmente soy una persona introvertida y hago mi máximo esfuerzo por pasar desapercibida. Mientras menos gente se fije en mí, menos gente me molestará y yo estaré calmada. No miento cuando digo que mi carácter y mi ansiedad social me incapacitan mucho pero al mismo tiempo me protegen y aún así, parece ser que tengo en la frente escrita la frase "HÁGANMELA DE JAMÓN" con pintura de neón negro.
Me gustan los chismes, no voy a mentir, pero no cuando se tratan de mí.
Y para mi mala suerte, frecuentemente soy envuelta en este tipo de situaciones que me provocan poner los ojos en blanco.
El ejemplo más claro es lo que me sucedió en la semana: Resulta que el viernes pasado -el 26 de Enero- hubo junta de consejo técnico, o sea, una aburrida y despreciable junta a la que nosotros, los maestros, nos vemos obligados a asistir.
Créanme, las juntas de los maestros son horribles por muchas razones.
En esta junta, se había acordado que tanto mi compañera de trabajo -porque somos dos maestras USAER-, como mi directora y yo expondríamos nuestro servicio en una presentación de power point para la escuela primaria donde trabajamos porque por motivos de "desinformación", pues hay un desmadre y nos tratan pésimo.
Por motivos personales que no revelaré, tuve que regresarme en la mañana de ese viernes a mi natal ciudad, por lo que no estuve presente en la junta.
El lunes que llegué, tuve la prudencia de preguntarle a mi compañera cómo les había ido y a grandes rasgos me comentó lo general: Que bien pero que algunos maestros se habían mostrado hostiles con comentarios medios shady. No profundizó sobre ello y tampoco le pregunté porque me hice una idea sobre quiénes y qué pudieron haber dicho. Me encogí de hombros y me puse a trabajar.
Conforme pasaron las horas, varias maestros -incluyendo la misma directora de la primaria QUE NO ES MI DIRECTORA- se enfrascaron en conversaciones banales con argumentos y sustentos poco fiables. Querían que "no le diera importancia", que "no creyera en lo que decían otros de mi trabajo", que "lo tomara de quién viniera". La directora incluso me aseguró que no "se había dicho aquello aprovechando mi ausencia".
Todo eso mermó un poco en mi estado de ánimo, porque pasaban los días y los maestros éstos no se cansaban de recordarme de aquella fatídica exposición y de aquella maestra que había decidido hablar mal de lo que yo hago.
Voy a ser bien sincera:
En realidad me vale madre, padre, humanidad entera, lo que otros digan de mí, ahora imagínense si lo dicen a mis espaldas.
Pasé algunos días calmándome a mí misma y recordando lo que para mí es importante, lo que ha permitido que llegue hasta acá por mis medios y mis posibilidades, pero sobre todo, lo que hace que me duerma tranquila luego de un día pesado.
La única opinión que verdaderamente me interesa y que sigo, es la propia. Quizás la aprobación de Stephen me vendría bien pero incluso aunque él tuviera algo que decirme difícilmente pondría atención.
Díganle narcisismo, díganle arrogancia. Es todo eso y más. También lo creo prudente, porque si me pasara toda la vida escuchando cada comentario y cada opinión que recibo de personas estaría vuelta loca, histérica y nerviosa.
O sea, aún más.
Me gusta pedir opinión a gente que respeto para conocer otros puntos de vista y a partir de ello tomar mi decisión. Pero difícilmente presto atención al cien por ciento.
En este caso, me estuve cansando de sonreír falsamente y de asegurar, por centésima vez, que me vale madres lo que otros tengan que decir de mí. Que sé que no le voy a dar gusto a todos, que siempre habrá alguien que quiera tirarme tierra. Y que yo sé que, aunque no estoy haciendo el mejor trabajo, estoy haciendo lo mejor dentro de mis posibilidades y eso me es suficiente.
Así que, luego de esta nefasta semana donde además de la carga emocional que me pusieron en la espalda estos adultos "profesionales", tuve un chingo de trabajo y noches de insomnio y no descanso, pensé que estaría bien compartirles algunas observaciones que les pueden servir si ustedes son de oído muy sensible o si nomás quieren que todo lo que digan otros valga madre, como yo intento hacer.
1.-Pregúntate: DE QUIÉN VIENE LO QUE OIGO??
Como bien es dicho "las palabras, de quién vienen". No es lo mismo que te lo diga tu madre a que te lo diga un fulano equis cualquiera con quién compartes algunas horas en un mismo salón ciertos días de la semana.
No es lo mismo, no es lo mismo, no es lo mismo.
Tengan bien en mente algo: Las personas SIEMPRE van a hablar de otras, y sobre todo aquellas ociosas que no tienen ninguna emoción en su vida más que andar de mal vibrosas con otras, así que...
De veras que si no es alguien a quién le tengas poquita estima o poquitas ganas de detener todo tu día para ponerle atención cinco minutos, es mejor que lo dejes pasar de largo.
O sea, QUIÉN LOS CONOCE?? NI EN SU CASA.
2.- ¿ES CIERTO LO QUE DICEN DE MÍ?
Tengo la siguiente filosofía: No me molesta que hablen de mí MIENTRAS SE DIGA LA VERDAD.
Quiero decir, si se van a quejar de mi trabajo, espero que estén siendo honestos en cuanto a sus críticas porque si me tachan de floja, de desobligada, de irresponsable, de que ando pegada al teléfono en horario de trabajo, que si maltrato a los niños, que si llego a la escuela cruda toda la semana, llego tarde, me escapo, hago desmadre y medio, OIGAN, ESO SÍ QUE NO.
Pero pregúntante: ¿Qué tan cierto es lo que dicen de mí? ¿Están diciendo que soy una puta porque terminé con mi novio y a la semana ya andaba con alguien más?... No están hilando bien las cosas. Ni una ni la otra tienen que ver.
Si tienes tantas ganas de escuchar lo que otros tienen que decir sobre ti y tu vida, más te vale que al menos te concentres en lo real, no en las verdades a medias, ni en las suposiciones, ni en "los puntos de vista".
La verdad tiene muchas caras, sí.
Pero si van a hablar de tu realidad, tienen que hablar desde tu perspectiva y para eso tienen que conocer tu versión de la historia y LA GENTE NUNCA VA A PREGUNTAR LO QUE QUIERE SABER así que mejor ni te desgastes.
3.-¿QUÉ TANTO TE AFECTA?
Quiero decir, de manera concreta, no moral ni espiritual, esas cosas son muy abstractas. Me refiero a qué tanto trabajo, tanto dinero, tanto problema material te va a causar lo que otros digan de ti.
¿Te vas a ganar la lotería si te importa lo que tus compañeros de clase tienen que opina
r de ti? Va, en ese caso jala mil.
¿Te van a quitar tu casa si tus parientes lejanos creen que eres un vagabundo perdedor? Va, entonces sí preocúpate.
¿Tu vida en qué medida mejorará o empeorará si decides hacer caso?...
Exacto.
EN ABSOLUTAMENTE NADA, así que...
4.-Dice Oscar Wilde que si hay algo peor que hablen mal de ti, es que no hablen de ti en absoluto:
O algo así, ya no recuerdo bien, pero estoy bastante segura que se refiere a que lo tomes como halago. Hay muchas figuras famosas que han dicho cosas semejantes para justificar el odio que han recibido y mi pensamiento es que todos recibimos odio a diario, por diferentes personas y de diferentes maneras.
En mi triste y corta vida he recibido diferentes tipos de odio: Desde mis compañeros de escuela que me detestaban/admiraban/temían porque a palabras de ellos, soy "rara", hasta de extraños en internet que no les gustaba ni les parecía lo que escribía en ciertas páginas y me decían que ojalá me muriera -OJALÁ, ANÓNIMO, OJALÁ-. Nacemos sin conocimiento pero la vida nos enseña lo que es el odio y cuando creces, puedes empezar a verlo en el corazón de las personas.
Me es muy fácil reconocer las intenciones de los demás, sin embargo, elijo seguir creyendo que las personas pueden ser buenas. Pueden decidir serlo.
Supongo que aquí el punto es que si alguien está hablando mal de ti, en vez de sentirte mal por eso, deberías pensar:
"Wow, un hater, ahora necesito diez mil más para ganar lo que Britney Spears gana en un sólo show en las Vegas".
5.- SEGURO TIENES ALGO MEJOR QUE HACER, HAZLO:
Tal vez suena hasta pretencioso, pero te aseguro que si concentras tu energía en algo más productivo que sólo angustiarte por opiniones indeseadas, desinformadas, mezquinas y random, sacarás algo bueno de esa mala energía.
En mi caso, soy muy terca y obsesiva con mis cosas: Me entierro a mí misma de libros y libros, de películas, de música, de estar con mis amigos y disfrutar a mi familia. Me entierro a mí misma de amar a mi bb todo el tiempo <3, me entierro a mí misma de escribir hasta que me duelen los dedos...
No tengo mucho tiempo para destinar a oír/interesarme/ y/o dejarme afectar por lo que otros digan. Tal vez está mal pero me ha permitido no perder la poca cordura ante la maldad ajena.
Búscate algo que hacer.
No escuches a los demás.
Escucha OneRepublic en su lugar, te dará más alegría, créeme.
Paso mucho tiempo hablando conmigo misma, así que por esa y por otras razones no puedo poner atención a una misma voz por mucho tiempo. Ya tengo bastante angustia por lo que me digo a mí misma como para alimentar ese demonio con abono ajeno.
Además, creo que eso es lo bueno de tener baja autoestima:
Nadie puede decirme algo para ofenderme que no me haya dicho yo ya.
lol
Y pues, de verdad háganme caso.
Escuchar a los demás es una total perdida de tiempo porque no importa lo que digan, eso no cambiará tu realidad, no cambiará lo que eres, en cualquier caso, si eres cuidadoso y bondadoso contigo mismo, te hará crecer.
Sé cuidadoso y bondadoso.
Quiérete mucho, eres el amor de tu vida. Apréciate mucho, no hay nadie como tú y el mundo es afortunado de tenerte en la actualidad y por amor a Diosita, NO ESCUCHES A LOS DEMÁS, TÚ SIGUE ADELANTE.
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