Todo comenzó cuando me terminaron de romper el corazón por allá de mayo. Perdí la voluntad de todo, el hambre, el sueño y las ganas. Pasaba noches y días ahogándome en mi angustia de que jamás iba a ser amada otra vez, que jamás iba a amar otra vez yo. Y mientras el tiempo avanzaba lentamente, las esperanzas de salir de este horrible vacío de dolor emocional disminuían así como mi interés de hacer cualquier otra cosa que no fuera emborracharme o leer hasta que me dolieran los ojos.
Ya les conté cómo he estado pasando estos últimos meses, estas últimas semanas. Entre el suicidio de mi amiga, mi renuncia y todo eso, sobrellevar la ruptura era sólo otro clavo en mi ataúd. Y pasaba muchas noches quejándome amargamente de lo sola que me sentía, como si meses atrás no me hubiera sentido así, es más, como si pudiera reconocer otra manera de existir que no sea estando sola.
Regresaba a casa en la oruga y no sé en qué momento sentí que alguien me estaba viendo. Levanté la mirada y me encontré con un chico en la tercera entrada de la oruga -yo iba en la segunda-. Nos miramos y luego desvié la mirada y seguí con mis cosas. Todo el trayecto fue así. Me miraba y yo lo miraba y no podía recordar de dónde me conocía o porqué me estaba viendo tanto. Al bajar en el paradero de la Deportiva del Estado, él también se bajó. Nos metimos a la misma oruga pero yo no me había dado cuenta porque se llenó y sólo cuando me bajé de ella pude ver que él viajaba conmigo, porque se bajó donde yo me bajé.
Me miró más veces y yo me quité los audífonos por precaución.
Cruzamos el boulevard y caminamos por la misma calle oscura. SUENA PELIGROSO, ya lo sé, pero cargaba una mochila con un instrumento musical y además su cara de Shawn Mendes mexicano poco podía asustarme.
Me saludó, me preguntó que cómo estaba y yo bien sorprendida iba contestando a sus preguntas, toda ingenua. Me acompañó hasta mi casa, resulta que vive cerca de donde yo vivo, y al finalizar intercambiamos facebooks. Dijo que era muy bonita y eso me hace parecer buena persona y que por eso se había acercado a hablarme.
Esa noche me emocioné mucho, bastante y ante mí se abrió el abanico de posibilidades que tengo para enamorarme y seguir viviendo mi vida.
La mañana siguiente amanecí con una tristeza hasta palpable. Sin tener algo en contra del muchacho en cuestión, pero la soledad y los pensamientos pesimistas aparecen en mi cabeza como mosquitos zumbándome y me vuelvo loca.
Me sentía sola y muy triste.
¿Qué hice entonces para quitarme esa sensación?
En vez de buscar a un profesional o buscar refugio en mis amistades, familia y/o la escritura, decidí ponerme bien borracha y abrir Tinder y esto fue lo que encontré:
1.-)Yo súper borracha y toda atrevida con una agradable chica trans con la que hice match:
2.-Por FIN ALGUIEN LEE MI BIOGRAFÍA Y DICE ALGO ACERCA DE ELLA:
3.- Les parecen bonitos mis ojos -no lo culpo-:
4.-Cuando vi esto casi me da un pinche infarto alv pero luego me di cuenta que no es quién creo que es. Ugh. Mi pobre corazoncito :'c :
5.-Siempre fui honesta con respecto a qué buscaba en Tinder:
6.- Hay personas muy ocupadas:
7.-¿POR QUÉ HAY MORRAS BUGAS BUSCANDO MORRAS????????
8.- Ugh, no sé ni por dónde empezar con esta fulana:
Pd: Se nota que lee un chingo, amigos.
9.- Un chico guapo me estuvo haciendo cumplidos, preguntándome cosas de mi vida y queriéndome invitar a salir. Me dió pánico y le dije que era muy rápido. No me ha contestado en tres días JAAJAJAJA:
Tinder está lleno de personas raras, amigos. La verdad es que no recomiendo para alguien como yo, toda introvertida y tonta, pero quizás no estoy siendo justa del todo.
La verdad es que a mí me cuesta mucho trabajo juzgar a las personas por su apariencia y prefiero no tener una opinión en concreto sobre ello. Prefiero conocerlas y a partir de ello determinar si me gusta o no alguien.
Pero no.
Estaba borracha y con tiempo libre y un corazón rotillo.
No es buena idea.
Pero siempre sí fue una buena idea.
Conocí a alguien PERO NO LES VOY A DECIR QUIÉN PORQUE QUÉ OSO QUE LUEGO TODO SE ARRUINE. Más vale mantener mi vida privada en privado. Quiénes me siguen en twitter ya lo saben, pero equis.
He platicado con personas en verdad interesantes de las cuales puedo aprender mucho y son experiencias que nadie me quita. Me saca de onda un poco que se acerquen por mi apariencia y no tanto por lo que tengo que decir. Ya sé, ya sé, vivimos en un mundo superficial y así. Pero vieran la facilidad con la que resulta que los hombres den sus datos personales a alguien como yo.
O sea y como se lo dije a un chico, estoy bonita pero ser bonita no me hace buena persona EN ABSOLUTO. Dijo que confiaba en mí y yo le dije que no era su idea más brillante. Ah.
Creo que estoy metiéndome de cabezas y estoy metiéndome con fuerzas desconocidas que pueden resultar aterradoras, ¿pero saben qué? Conocí a alguien con quién tengo un montón de cosas en común y pues me voy a divertir, ¿siono? Para eso es vivir. Para experimentar y sentir y aprender.
Y bueno, ya.
Abran tinder, o no. Es decisión suya, a mí me ha ido así y al menos no he recibido ninguna dickpic no solicitada.
Además, puedes ghostearlos a todos cuando quieras.
No me arrepiento de haberlo abierto y es probable que en un futuro cercano lo cierre porque ya tantos mensajes me estresaron y además creo que ya encontré lo que andaba buscando. Al menos tengo con quién hablar de Stephen King aunque mi club de lectura no se realice del todo.