martes, 30 de octubre de 2018

El camino de los corazones rotos

No escribí la semana pasada porque estuve borracha el viernes y me fui a ver Halloween y luego el sábado tuve la carrera nocturna, en la que estuve ocupada desde horas muy tempranas. El domingo pude haber escrito algo pero no se me ocurría qué y dejé que el tiempo se deslizara por mis manos. No estaba segura de qué quería hablarles, porque lo que ha estado aconteciendo en mi vida tiene tintes muy macabros -más de lo usual- y repetir el tema hace que se me rompa un poquito el corazón.

A veces creo que las decisiones que mejor tomo, o las que mejor ejecuto, son aquellas que escondo de todo el mundo. Siento que hay cosas que es mejor no evocar en voz alta porque todos esos sentimientos se vuelven veneno y se crean fantasmas, espectros de ultratumba que me siguen a todos lados. No tengo problema en levantar una mano para detener a las fuerzas diabólicas pero, ¿Qué si aquellos monstruos son producto de mi interior? Todos esos demonios son míos, todos esos muertos yo los reviví. ¿Cómo voy a deshacerme de ellos si la fuente de su energía soy yo misma? Exacto.

Tendría que acabar conmigo misma.


Y pues, lo hago, a veces. Pero ya me cansé de autolesionarme para espantar aquello que sigue dentro de mí. Mejor no le digo a nadie.

¿No?



Imagen relacionada


En estas semanas nos habíamos estado escribiendo correos y luego, él dejó algunas cosas en mi ask. Sentí, en verdad, que extrañarlo iba a valer algo, que el hecho de saber que él también me extrañaba en la misma proporción, que pensaba en mí tanto como yo pensaba en él, iba a significar algo.

No dice nada de nosotros, más que no queremos arreglar esto y luego de que él así, más o menos, lo dijo, yo me súper ofendí. Le estuve dando vueltas al asunto, y entre latas de fourloko, suspiros tan profundos y largos que pensaba que se me iban a desinflar los pulmones, y escuchar con una insistencia casi obsesiva el "It's gonna be a good, good life" de Bebe Rexha, me di cuenta de algo:

Tiene razón.


Podemos extrañarnos y podemos pensar en el otro pero no quiere decir nada más que eso. No hay nada detrás, ni motivos ni propósitos ni intenciones de nada. Es cierto. Él no quiere regresar porque sabe que yo no quiero que lo haga y yo no quiero regresar porque sé que él no quiere que yo lo haga.

Estamos en lugares muy separados -la ironía-, y aún así, como si me importara, estoy angustiada. Me siento muy angustiada y muy confundida porque sigo sin entender bien qué sucedió.

¿Tiene caso saberlo ahora?


Resultado de imagen para soltera codiciada película


Lo único que sé es que no podemos arreglar nada porque nada de esto está roto. Ni él está descompuesto ni yo estoy incompleta.
Supongo que es parte de crecer darte cuenta de todo esto, ¿Y duele? Como la puta madre.

¿Me voy a sobreponer? Carajo, sí.

Aunque a veces tenga la sensación de que me voy a ahogar en una eterna tristeza y mi corazón jamás sanará, sé que voy a salir de esta porque SI SOBREVIVÍ A MI PRIMER CORAZÓN ROTO CUANDO TENÍA TRECE AÑOS, AHORITA LA NETA TODO ME LA PELA y bien pelada.


Pero el camino es tortuoso. Es largo, está lleno de baches, y arbustos venenosos. Es oscuro y luego hay mucha luz, y luego se llena de niebla. Por momentos te ves acompañada de otras personas pero casi siempre es una caminata que has de dar solita.


Y estoy aquí, emborrachándome con una frecuencia un poco alarmante y como helado y lloro en el transporte público. Y a veces no duermo, a veces duermo mucho. No me dan ganas de buscar trabajo y sé que debo hacerlo. Tampoco escribo, salvo para la tarea de mis clases y bueno, este blog. Hago muchos planes para mí misma y no llevo a cabo ninguno porque a veces la ansiedad y el dolor me dejan paralizada por horas, sentada en el sillón de mi casa, abrazando mis piernas sin poder seguir leyendo el libro en turno porque tengo terror.

Salgo con mis amigos, y me río con ellos. Ellos me preguntan muchas veces cómo estoy, qué tal la búsqueda del trabajo, qué tal mis clases, qué tal mis motivaciones.

"Ya deja de tomar, Mariana", dicen. "¿Qué has escrito?", dicen. "Busca un trabajo que te guste, de lo que sea, Mariana", dicen. "Un día ya no va a doler, Mariana, sé paciente" repiten hasta el cansancio.

Tengo que enfrentarme a la angustia en la voz de mi hermana cuando llega a casa y me ve tomando y me pregunta que a qué hora empecé a tomar. Tengo que enfrentar a mis padres que llegan de noche y me ven dormida y me ven sin buscar trabajo, y me ven sin escribir, y me ven sin salir de casa. "No me gusta verte así", dice mi mamá, "Sin motivaciones de hacer nada, toda triste..."

Pero hay días muy buenos, se los prometo.

Voy a mis clases de creación literaria y soy súper feliz. Salgo con mis amigos y estoy súper contenta. Salgo con mis papás, como con ellos, y me siento bien tranquila. Escribo algo, un cuento o este blog y me siento muy satisfecha.

Hay días en que me siento bien, me siento bajo control, bajo el mío, y me siento yo otra vez.


Resultado de imagen para soltera codiciada película


Me pierdo poquito en mi dolor y mi desesperación, pero tengo bien claro a dónde quiero llegar, sólo que no sé cómo llegar hasta allá.
Hago planes para dentro de un año, ¿Cómo pretendo ir a la CDMX a vivir, si no tengo un trabajo ahorita, no tengo dinero ahorrado, no tengo ni siquiera una novela iniciada? Pues así, por los míos, porque las malas ideas me salen muy bien.

¿Pero saben qué más es mala idea también?

Combinar analgésicos y alcohol.
Tomar vodka, whisky y luego cinco mezcales de sabores diferentes en Guanajuato.
Renunciar a mi trabajo sin tener algo de respaldo ahorrado -estoy subsistiendo con dinero que es mío pero no lo tengo yo, porque lo presté-
Invitar a mi ex novia a salir con mi grupo de amigos estando yo con el hombre de quién estaba enamorada.
Caminar de la Roma Sur a Bellas Artes EN BOTINES DE TACÓN.
Tomas dos fourlokitos un día antes de viajar en carretera por cuestión de trabajo.
Salir con alguien que conocí por Tinder.


Todo eso ha sido muy mala idea. Pero he sobrevivido a ello, y no sé si me ha hecho más fuerte, pero por lo menos más inteligente sí. -Como si se pudiera, ¡Ja!-


Resultado de imagen para soltera codiciada película


Si tú, como yo, también estás lidiando con un corazón roto, porque el amor de tu vida se fue, o tú te fuiste del amor de tu vida, o se murió tu mascota, o te corrieron del trabajo, o tus impedimentos mentales y emocionales te frenan de vivir una vida plena, o porque odias lo que estudias o porque odias con quién vives, o porque ya no sabes qué onda con este país de porquDIGO NADA, o porque la vida tal cual te rompió el corazón, por los suyos, entonces te invito a que me HAGAS CASO:




Saldrás de esta.



Créeme, créeme, créeme, créeme, créeme, créeme. Vienen días mejores. Vienen mejores personas. Vienen mejores trabajos. Vienen mejores tiempos. Vienen mejores oportunidades. Vienen mejores sueños. Vienen mejores experiencias. Vienen mejores versiones de ti.


Imagen relacionada


El camino de los corazones rotos, como ya dije, es sinuoso y feo af, pero te lo prometo, será una experiencia que una vez superada será digna de ser contada alrededor de una fogata.


sábado, 20 de octubre de 2018

Terminar con A-lguien

En este momento siento que todo me cae como balde de agua fría. No podía dormir ayer, tenía mucho miedo, en parte porque había visto un programa de terror en Netflix y estaba asustada con la imagen de un monstruo, y en parte porque había estado hablando bastante del mimors y no quería irme a la cama y fundirme con mi desesperación y tristeza.

Estuve toda la madrugada viendo una película, aprovechando que estaba durmiendo sola, y luego como a eso de las cuatro y media caí, muerta del cansancio. Soñé igual con el mimors y cuando desperté, mi corazón estaba lleno de angustia y melancolía. Sentimientos extraños que quise erradicar con uN FOURLOKO pero al final mi mamá me cachó y me regañó alv. Total que terminé sobria, llorando en el sillón de la sala hasta quedarme dormida.

Aún siento que algo me aplasta el pecho, una presión que tenía un buen de tiempo que no sentía. Es como si una gran nube gris hubiera nacido debajo de mis costillas y creciera, y fuera flotando hasta mis pulmones. Me está costando mucho respirar y el estómago lo tengo bien revuelto. No sé qué está pasando.

Quiero pensar que es porque está a nada de llegar mi menstruación, quiero pensar que es por culpa de ese sueño, y de algunas cosas que he estado hablando con personas cercas acerca de mi manera de enfrentar mis problemas.

No quiero pensar que es porque el jueves terminé con A.




Desde que nos conocimos, A se volvió un personaje recurrente en este blog. Por si alguno de ustedes no leyó la historia, aquí escribí sobre eso -> (Un fourlokito en el parque ) y, al contrario de lo que estúpida e ingenuamente escribí, algo siempre me latió mal. 

Durante la primera semana que empezamos a platicar exclusivamente por tinder, tuve una pizca de esperanza al creer que quizás podría enamorarme de él, que quizás él era lo que, por estos meses, había estado pidiendo con desesperación: Una manera de escapar del dolor de mi separación con el mimors. 

Pero conforme pasaba el tiempo y más nos conocíamos, aquello que me había emocionado al inicio se veía eclipsado por la realidad. No puedo basar ningún tipo de relación con alguien sólo porque nos gustan las películas de terror o Keanu Reeves, pero aún así y en contra de mi instinto, continué conociéndolo. Estaba intrigada y muy desesperada. Me sentía muy sola y cuando llegó él, con algunas cosas afines a mí, pensé que debía saltar directo a sus brazos. 

No es lo más sensato de hacer, ya lo sé, pero tampoco es como que haciendo las cosas de manera calculada y fría me salgan bien. 

Así que hice lo que cualquier persona con el corazón roto habría hecho: Me aguanté mis dudas, me tragué la desconfianza y decidí seguir con él.


Resultado de imagen para marissa and volchok


Las cosas se iban por caminos extraños.


La segunda vez que salimos, intentó besarme y yo le dije que nel, porque recién salía de una relación y todavía me dolía muchísimo. Él lo respetó y dijo que sería paciente. A partir de ello creo que una vibra medio rara se creó entre nosotros. No volvió a intentar besarme después de ello.


Yo estaba bien, bueno, lo que se puede decir "bien, bien", pues no, pero me sentía un poquitito mejor que antes. Aún así, no lograba por completo que me gustara o algo así. Tuve un interés súper real como amigos, y cuando develó la naturaleza de su carácter -deprimido y frustrado-, no miento, quise salvarlo.

Pero aún así, mi corazón latía intranquilo. Por aquellas épocas en las que nos conocimos, conocí también a alguien por Facebook. Es un hombre bastante amable y gentil y no sé si se deba a que usa los mismos stickers de My Little Pony -que me recuerdan mucho al mimors-, pero me sentía súper agusto con él y me daba mejor espina que con A, a quién ya le conocía la cara y el olor y el calor de sus manos. 

Una vez que salí con uno de mis amigos al cine, le conté la situación. Él escuchó atento y me dijo que debía ser cuidadosa porque podría lastimar a alguien. No entendí cómo es que podía lastimar a alguien, y mi amigo continuó: "Bueno, te gusta más alguien con quién sólo has hablado como tres veces y al que no le has visto la cara, que el chavo con el que estás saliendo".

Bueno, sí, pero no.


Imagen relacionada

Yo no le gustaba a A. Aunque él dijera que sí, yo no lo sentía y debido a diversas razones que él puede argumentar como parte de su carácter, pero no. Me daba la mano para caminar y nos abrazábamos, decía que olía rico y me preguntaba que cómo estaba, pero nunca me dijo que le gustaba (? Y si sí, seguro lo olvidé por completo. Tampoco decía que me quería y en realidad, parecía tener un conflicto en dejarse de quejar y ver las cosas tal cuál son.

No me importaba y eso era una mala señal. 


Empecé a sentirme culpable, porque la motivación que tenía con él era que veía una potencial ruta de escape a mi situación. No iba a enamorarme, no puedo hacerlo en este momento, pero quizás dentro de unos meses... o quizás nos terminaríamos por acostumbrarnos al otro y terminaríamos juntos... o quizás, en lo que llega alguien nuevo, o regresa el mimors, o yo aprendo a estar sola, él me haría compañía.
Por momentos siento que estoy usando a las personas como joyería y por eso me aislo constantemente. 

No fue el caso. Cada vez que yo quería desvanecerme, A me buscaba y me preguntaba que qué pasaba.


Pero toda esa culpa se diluyó cuando empecé a poner atención a lo que decía y cómo lo decía. Cuando estábamos juntos, se la pasaba criticando a todo el mundo que pasaba frente a nosotros. Que si esa chica tiene celulitis a los 24 años, que si ese chavo es "prieto y chaparro" (a sus palabras), etcétera, etcétera.

Yo le pedía que dejara de decir eso y nunca lo respetó.


Otras veces hacía chistes de violaciones. Nos sentábamos en las bancas de un parque y una vez dijo "Sería muy fácil violarte". WOW. 

Le parece cómica la violencia homofóbica y machista y sus comentarios misóginos nunca faltaban. 


Llegué a la conclusión de que no sólo era emocionalmente irresponsable, incapaz de hacerse cargo de su mierda, sino que también es un pendejo.


Le pedí mil veces que dejara de decir eso. Le pedí mil veces que no me ignorara- me avisara cuando se iba a tardar en contestarme o tuviera la decencia de despedirse, porque me triggerea con cosas de mi pasado.

Le pedí mil veces que intentara ver las cosas de otra manera, que dejara de decir o hacer, repetir ciertos comportamientos destructivos.


Y :) nunca :) me :) hizo :) caso :)


Resultado de imagen para faking it amy and sabrina


Mis amigos decían que siguiera saliendo con él, que al cabo me la pasaba "bien" y al final de cuentas no nos íbamos a casar y yo nomás me sentía angustiada.

Estuve alrededor de tres semanas pensando en cómo terminarlo, en qué decirle para que me dejara de hablar. 

Nunca he sido buena con las rupturas. Normalmente mando a la gente al diablo en el calor del momento pero ahora me calmé un poco con eso, aprendí ciertas cosas, y pensé, fríamente y con cuidado, los pros y contras de esto.


Me di cuenta de que mi paciencia con él, y pasividad, se debía a que quería que él fuera alguien que no era y quería que me inspirara lo mismo que alguna vez sentí en el pasado. Pero nel. Y con razón.

Con cada cosa estúpida que salía de su boca, me daba cuenta de la realidad. Por eso no me gustaba, desde un inicio. Porque inconscientemente había logrado entender su vibra y no era algo que yo quisiera entender o acompañar.



Así que lo bloqueé de Whatsapp un lunes y el martes siguiente me escribió -más o menos, no recuerdo bien los días- por mensaje normal. Estuvimos hablando y le expliqué mi punto de vista. No lo entendió, pero me pidió una disculpa luego de haberse enojado. Vi su disculpa, la acepté y eso fue todo.



Esa misma noche me escribió por Instagram -yo ya lo había borrado de FB pero olvidé que nos seguíamos en instagram- y quiso que saliéramos para "hablarlo". Seguía sin entender.



Llegó el jueves, y me escribió otra vez para preguntarme que cómo estaba y que si salíamos ese día. Yo le dije que tenía clase, y él dijo que pasaría por mí. Me lo pidió por favor y acepté, porque luego de haberlo meditado, creo que por respeto a nuestra amistad de dos meses y medio, y por lo poco o mucho que pudo haber hecho por mí, se merecía un cierre de ciclo personal.



Salí de clases a las 9 de la noche y él pasó por mí en la camioneta de su papá. Me preguntó que a dónde quería ir y yo le dije que me llevara a mi casa.

Durante el camino le expliqué las razones por las que debíamos dejar de hablarnos. No lo entendió pero intenté ser lo más amable y explícita posible.



Nos quedábamos en silencio por momentos y yo me recargaba en la ventana, él hacía pequeños comentarios. Llenar lo que no se pudo llenar desde un inicio con pequeñas conversaciones insulsas me hacían sentir melancólica y triste. Pero estaba segura de lo que estaba haciendo.

Cuando por fin llegamos a mi casa, me desabroché el cinturón y él me dijo: 
-bueno, pues... ojalá podamos salir de nuevo...-

Y yo lo interrumpí diciéndole:

-No me vuelvas a escribir, por favor-

Le deseé una buena vida, que ojalá realizara sus sueños y luego de eso, él dijo que había sido bueno conocerme. Cerré la puerta de la camioneta y no miré atrás ni una sola vez.

Resultado de imagen para kara and mon el break up



Me da tristeza pensar que lo único que me duele de esto es la fantasía rota en mis manos y me siento bien mal porque en parte siento que fue mi culpa al forzar las cosas. Quiero sentir que sigo siendo yo, independientemente de quién se vaya y quiero sentir que puedo volver a sentir y puedo volver a confiar y puedo volver a pensar y puedo volver a enamorarme.

No he podido en estos meses, no he podido en estos años, no desde que conocí a Diego Ernesto. No quiero sentir que mi corazón dE VERDAD se quedó con él y yo iré por la vida estando incompleta o siendo incapaz o sintiéndome tan aterrada de todo.

No quiero creerlo pero podría apostar mi virginidad a que sí u_u Y bueno, ya estuve llorando un buen rato, desde ayer. Quizás continúen los días para llorar y para intentar erradicar lo que siento y lo que pienso. 

Lo que más miedo me da es pensar que esta historia no se ha terminado, porque en este punto del laberinto que hemos construido, no sé dónde estoy, no sé con quién cuento y no sé qué hacer.


Imagen relacionada

En fin.




Terminar con alguien nunca es fácil, pero a veces es el único recurso que tenemos para salir adelante.


Bueno, no sé, yo sigo en el hoyo pero mírenme, por lo menos no me voy a estar fumando opiniones y comentarios nefastos de un hombrecito irresponsable.



sábado, 13 de octubre de 2018

A todas las personas que se enamoraron de mí

Gracias. Y perdóñ.


El miércoles pasado estaba platicando con A por whatsapp y me di cuenta de que llevaba varios días bien agüitado, y me sentí mal por él, quise ayudarlo así que lo invité al cine. Pasé por él a su trabajo y luego entramos al cine de Centro Max para ver Venom. Esa noche, y entre la oscuridad artificial del cine, las cervezas que se metió de contrabando, y sus quejas amargas, constantes recordatorios de que su vida es una mierda y él es un idiota, sus constantes deseos de que ya se acabe todo y su nula capacidad de responsabilizarse por sus emociones, terminaron por crear un hueco en mi estómago. Con cada palabra de desaliento que él ventilaba, más angustiada y triste me sentía. Me dieron ganas de agarrármelo a madrazos y gritarle en la cara: "amigo, date cuenta".


Esa noche me fui a la cama todavía nerviosa, casi temblando y muy preocupada. ¿Es esto lo que sienten mis amigos cuando estoy con ellos? Si sí, Diosita santa, perdónenme por favor. No sabía que podía ser así de pesada, irritante y desgastante.


No digo que A lo sea. Obvio no, yo sabía en qué p2 me estaba metiendo cuando empecé a salir con él -bueno, no del todo pero ya qué- y me propuse hacer lo que estuviera entre mis manos para salvarlo, para ayudarlo si lo requería. A veces tengo esta HORRIBLEMENTE narcisista idea de que está en mi poder sacar a alguien de la miseria. Estoy consciente que no. Sólo, después de lo de Paula, no tengo ganas de quedarme con la culpa de que pude haber hecho más y no lo hice.

Tengo presente que no puedo ofrecerles algo que no tengo y si bien, mi corazón está destruido como nunca antes, lo que puedo hacer es ofrecerles mis ganas y mis palabras. Mi arte, mis dibujos, mi fuerza, y quizás algún pedazo que siga siendo funcional de mi ser. 


¿Pero qué pasa con aquellos que quisieron salvarme?

Imagen relacionada



Por mi vida ha desfilado una cantidad GROSERA de personas que han intentado salvarme. Desde que era niña supe que me sentía atraída a los problemas, y de una década para acá, los problemas también se sintieron atraídos hacia mí, pero en el camino hubo gente sumamente amable que me vio bajo una luz clara, destellante o de color en neón y se enamoraron de mí.


A veces se me afigura bastante tonta la idea de que alguien se enamore de mí porque soy bien latosa, pero a pesar de eso y de que siempre estoy haciendo evidentes mis impedimentos emocionales y mentales, han habido personas lo suficientemente valientes -¿o dementes?- que han querido intentarlo.






A todas las personas que se enamoraron de mí, quisiera buscarlos a cada uno de ustedes para darles las gracias por todo lo que hicieron por mí.
Por reconstruir partes de mí que ni siquiera sabía que estaban destruidas. Por abrir paso a la luz en mis momentos de oscuridad. Por el interés honesto, por las dulces palabras y por las caricias al alma que me regalaron.


Gracias por escucharme, gracias por ser pacientes, y gracias por perdonarme por no haber sabido corresponderles como merecían.

Gracias por regalarme su atención y tiempo y por acompañarme en mi crecimiento. Gracias por no juzgarme. 

Gracias por haber creído que era digna de su amor.



Resultado de imagen para imagine me and you



Aprendí mucho de cada uno de ustedes, y forman parte de lo que ahora yo soy y hasta el día en que me muera serán parte de mí.





Imagen relacionada





Gracias por darme esperanza.













sábado, 6 de octubre de 2018

No la última carta de amor

No sé ni por dónde empezar. Creo que esta semana he estado mal -peor que de costumbre-. Había estado mejor, bueno, no,pero ya sabes, le estaba echando muchas ganas. Buscaba cosas por hacer, tengo mi clase de creación literaria y me va bien, salgo con mis amigos y hablamos de nuestros planes, conocí a A y salgo con él por las noches para escaparnos de nuestras realidades. 

Dejé de hablar de ti, dejé de decir tu nombre en voz alta porque tenía miedo de que regresaras en forma de sueños. Borré la música que me recordaba a ti, le pedí a una de mis mejores amigas que borrara cualquier cosa de mi celular que tuviera que ver contigo. Pensé que con eso todo iba a ser mejor, que vendrían mejores cosas, que volvería a ser yo. Y no es cierto.

Por momentos, la oscuridad en la que me dejaste cuando te fuiste se vuelve abrumadora, cubre por completo todo y no veo nada. No le veo el sentido a nada. Escucho la lluvia caer afuera y hace frío. Y no importa lo que intente hacer para salir de esto, igual termino en un rincón de mi casa tomando un fourloko a escondidas, termino acostada en el piso, sintiendo la cabeza darme vueltas mientras intento recordar lo que sea que me pueda ayudar. Shakira dijo que, los de Matisse dicen que... Creo que incluso Stephen King ha hablado de... Mis amigas dicen que... Tu amiga me dijo que... Mi ex dice que... A me dijo que...

Y todo lo que escucho con claridad es ese "te amo" que me susurraste al oído esa noche en el Zócalo. ¿Te acuerdas?
Tengo muy mala memoria, no puedo creer la facilidad y la precisión de detalles con lo que recuerdo todo eso. 

Tengo muy mala memoria porque no estoy segura de la razón de nuestras últimas peleas, tampoco recuerdo lo que sentía cuando nos reconciliábamos, ni recuerdo esa tranquilidad que me invadía cuando veía que intentabas entenderme y respetabas lo que no podías. No recuerdo la vibración de mi teléfono al recibir algo de ti y tampoco recuerdo lo que me llevó a ti.

Pero sí recuerdo contar impacientemente el tiempo para regresar a ti, de cualquier manera humana en la que podía. Recuerdo los sueños bonitos y las pesadillas en donde aparecías. Recuerdo las canciones y los versos. Recuerdo tus cartas de amor y recuerdo los memes. Recuerdo la facilidad que tenías de hacerme sentir normal, como que sí encajaba en algún lugar en este mundo. Recuerdo el color de tus ojos, recuerdo las cosquillas en mi vientre cuando me leías pasajes de mis libros favoritos y si me concentro más, puedo hasta evocar tu calor.

Me siento muy estúpida y me siento muy humillada cuando hago eso, por muy feliz y calmada que eso me hace sentir, y por eso prefiero estar borracha y llorando por ahí, mintiendo que es porque renuncié a mi trabajo, porque se suicidó mi amiga, porque seguiré teniendo problemas con mi mejor amiga por culpa de otros, porque mi hermana, porque mi familia, porque el mundo, porque mi menstruación, porque mi ansiedad, por lo que sea menos tú. 
Nunca le pongo tu nombre a mis lágrimas, ni a mi desesperación ni a mis pesadillas. 


Me da miedo aceptar las cosas tal cual son y dejar etiquetado en mi dolor tu nombre y tus apellidos, porque sé que eso contribuiría de una manera natural y sana de olvidarte. Pero yo no quiero hacerlo. No quiero dejar de quererte.

QUÉ TAN ABSURDO ES ESO, LMAO, DEBERÍA SER REINA DE RIDICULANDIA.


Te olvidé lo suficiente como para olvidar porqué quería hacerlo en un principio.



No le hablo a nadie nunca de ti porque quiero, como solía hacer antes. Pero ellos lo notan.

Cuando salgo con A y me quedo en silencio de la nada, me pregunta ansioso que qué me pasa. Nunca le digo tu nombre, pero creo que él sabe que me estoy yendo. 
Cuando salgo con Yazmin, y ella puede notar mis ojeras y mis ojos llorosos, cuando Fany me escucha llorar en los baños, cuando incluso Ingrid me ve llorar con la cara entre las manos por videollamada, cuando los extraños en el transporte público tienen que atestiguar mis patéticos sollozos cuando regreso a casa y por alguna extraña y masoquista razón estoy escuchando canciones que sé que tienen lo que tú y yo un día hicimos y fuimos, tengo que mentir.

Creo que soy buena mentirosa pero nunca sé encubrir tu nombre. Y ellos me aconsejan.

"Búscalo, si tanto quieres tener una explicación", dicen, "El tiempo ya te sanará", "Estabas en tu zona de confort", chalalá. Como si algo de eso tuviera sentido. Una de mis amigas me dijo que iba a pensar en ti todo el tiempo hasta que mágicamente un día ya no. Y que así son estas cosas.

Creo que miento tan mal para que la gente se percate, me diga cosas y yo con fe espero que algo de lo que me digan tenga sentido.


Creo que sí estoy loca y necesito un exorcismo.



Estoy consciente de las veces que he escrito aquí en mi blog que ya no pienso en ti, que ya no sueño contigo y que todo mejoró y PUES LOL para mí porque soy un fraude. 
Pienso mucho en ti, hay muchas cosas que me recuerdan a ti y voy por la vida pensando "En ese meme lo etiquetaría", "le dedicaría esta canción", "le pediría que me leyera este párrafo", "discutiríamos este tema", "le pediría opinión sobre esto", "le contaría lo excelente que me va en mi clase", "le contaría lo feliz que me siento con mi mejor amiga de regreso en mi vida", "lo haría parte de mis planes, como siempre" y pues es un gran y triste lol.

Incluso te contaría que descargué Pokemon Go nomás para sentirme un poquito más cerca a ti. -Ya no tengo pokebolas y no sé usar las pokeparadas, jajaja odio la tecnología-

Te haría parte de mi vida, otra vez, como si te siguiera importando.




Pero no hago nada, salgo a los parques de mi ciudad y me acuesto en el césped, miro al cielo y me pregunto qué se sentiría caerse al revés. Caerme hasta el fondo de algo que no tiene profundidad, como me caí en ti. 
Me calmo a mí misma un chingo diciendo que todo va a pasar, pero me desespero porque no pasa nada.
Todo pasa, menos yo.

Estoy muy triste. Ya no te escribo las cartas que te escribía antes cada vez que sentía que quería hablar contigo. No lo hago porque ya no sé qué quiero decirte. Me da miedo preguntarte lo que quiero saber, lo que quiero entender. Sabes que odio quedarme con la curiosidad.

Con eso en mente, sería normal asumir que intentaría buscarte para saciar mis dudas pero no lo hago porque me da miedo que me rompas más y yo sé que hay cosas que es mejor no saber.


Ojalá nunca me hubieras dicho que me amabas. Ojalá nunca me hubieras dicho que jamás querrías alejarte de mí.
Ojalá nunca hubieras des-dicho lo que me dijiste.


Ojalá te quedaras, ojalá no regresaras. 



Te fuiste cuando yo quise quedarme a luchar por lo nuestro, me dejaste cuando yo me quedé. Y desde entonces vivo con un ? muy grande por encima de mi cabeza, todo el tiempo estoy confundida.


Me hablaste de tu familia, cuando sé que eres muy reservado con los aspectos privados de tu vida, me hablaste de tu madre, de tus tíos, de Paulina, me hablaste de tu psicóloga, me hablaste de tus ex novias, me hablaste de tus planes, me hablaste de tus gustos, de tus miedos, me hablaste de lo que eras tú en ese momento. Me hablaste de lo que podías hacer y lo que no sabías. Me invitaste a tu casa a quedarme para dormir. 
Después de todo esto, te lo juro, ya no sé cómo estar con los demás.

No sé qué decirles, no sé qué sentir, no sé qué hacer. Lo único que se me ocurre es subirme hasta la copa de un árbol y quedarme ahí arriba para siempre.




No es tu culpa, es mía. Me sentí tan cómoda contigo que te dejé todo de mí y ahora que te fuiste, no sólo te llevaste mi corazón, también te llevaste mis ganas de seguir siendo yo.




Me acabo de herir los labios de tanto que me los he estado mordiendo mientras escribo esto, el sabor amargo en mi garganta apareció y las lágrimas ya empezaron a caer. Mi hermana anda por aquí, así que seguro me preguntará que qué diablos me pasa. Creo que le va a tomar dos miradas y mi silencio para entenderme, o al menos, para saber que es algo de lo que no puedo hablar.


Si es cierto eso que dicen de que el tiempo lo cura todo, pues qué culero mi tiempo, porque pasa muy lento y pasa muy cruel. Han pasado varios meses ya y yo sigo viendo tu cara en cualquier lugar al que voy.


No me voy a despedir, porque estoy segura que ésta no es la última carta de amor que te escribo.